A medida que se acelera la innovación digital, también lo hace el alcance y la sofisticación de las amenazas cibernéticas, en particular los ataques distribuidos de denegación de servicio (DDoS). Los ataques DDoS de hipervolumen, que abruman los sistemas con inundaciones de tráfico, están aumentando tanto en frecuencia como en complejidad. Según nuestra investigación, más de un tercio (37%) de las empresas europeas han sufrido un ataque de este tipo durante el año pasado.

Si bien estos ataques son disruptivos por sí solos, también pueden servir como cortina de humo para incidentes más específicos, como los ataques de inyección SQL. Mientras los equipos de seguridad se enfrentan al caos inmediato de un ataque DDoS, los actores malintencionados pueden aprovechar vulnerabilidades desapercibidas.

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