A medida que se acelera la innovación digital, también lo hace el alcance y la sofisticación de las amenazas cibernéticas, en particular los ataques distribuidos de denegación de servicio (DDoS). Los ataques DDoS de hipervolumen, que abruman los sistemas con inundaciones de tráfico, están aumentando tanto en frecuencia como en complejidad. Según nuestra investigación, más de un tercio (37%) de las empresas europeas han sufrido un ataque de este tipo durante el año pasado.
Si bien estos ataques son disruptivos por sí solos, también pueden servir como cortina de humo para incidentes más específicos, como los ataques de inyección SQL. Mientras los equipos de seguridad se enfrentan al caos inmediato de un ataque DDoS, los actores malintencionados pueden aprovechar vulnerabilidades desapercibidas.
Recientemente, Cloudflare mitigó un ataque DDoS sin precedentes que alcanzó un máximo de 5,6 Tbps, el ataque más grande jamás divulgado públicamente. Esto siguió a un ataque de 3,6 Tbps anteriormente en la misma campaña, que tuvo como objetivo industrias como las finanzas, las telecomunicaciones y los ISP. La campaña, que duró un mes entero, incluyó más de 100 incidentes individuales, muchos de los cuales excedieron los 3 Tbps en volumen.
Para las industrias que dependen de operaciones en tiempo real, incluso un breve tiempo de inactividad puede causar importantes daños financieros y de reputación. Hay mucho en juego y las organizaciones que no están preparadas enfrentan consecuencias catastróficas.
CTO de campo, EMEA, Cloudflare.
Un desafío global en la era del IoT
La proliferación de dispositivos de Internet de las cosas (IoT) ha introducido nuevas vulnerabilidades en los entornos corporativos. Estos dispositivos a menudo constan de medidas de seguridad, incluidos nombres de usuario y contraseñas predeterminados de fábrica, mientras permanecen conectados permanentemente a Internet. Esto crea el entorno perfecto para que los atacantes creen botnets capaces de lanzar ciberataques anónimos a gran escala. Lo que agrava el problema es la distribución global de estos dispositivos, lo que dificulta predecir cuándo o dónde ocurrirá el próximo ataque.
Los ataques recientes, como las vulnerabilidades de Mozi y HTTP/2, se originaron en dispositivos comprometidos en países como Estados Unidos, Rusia, Brasil y Vietnam. En estos ataques, las botnets que consistían en enrutadores, cámaras web y servidores secuestrados permitieron a los atacantes atacar desde casi cualquier lugar. Naturaleza global y distribuida de las amenazas La modernidad exige que las organizaciones repiensen y desarrollen sus estrategias de ciberseguridad.
Los atacantes actuales combinan cada vez más ataques volumétricos con exploits en la capa de aplicación, dirigidos a vulnerabilidades específicas del sistema. Estas tácticas de múltiples capas hacen que la detección y la mitigación sean más complejas, ya que diferentes capas de la infraestructura de TI de una organización pueden ser atacadas simultáneamente. Para enfrentar estos desafíos, las empresas deben adoptar un enfoque integral de seguridad. Monitorear tanto la infraestructura de red como las capas de aplicaciones es fundamental para identificar y abordar las vulnerabilidades antes de que los piratas informáticos puedan explotarlas.
Protección contra la amenaza emergente
La velocidad y la precisión son esenciales a la hora de detectar y mitigar los ataques DDoS actuales. Los sistemas automatizados impulsados por aprendizaje automático e inteligencia artificial en tiempo real se han vuelto inevitables. Estas tecnologías permiten a las organizaciones identificar y neutralizar amenazas, analizar patrones de tráfico y responder de inmediato sin intervención humana. Este enfoque significa que las organizaciones pueden prevenir ataques incluso antes de que comiencen y fortalecer sus medidas de seguridad preventivas en lugar de simplemente combatirlos en tiempo real.
La automatización es una herramienta esencial, pero es sólo una pieza del rompecabezas. Una protección verdaderamente eficaz requiere una estrategia de seguridad de múltiples capas que combine filtrado de tráfico avanzado, análisis en tiempo real e inteligencia sobre amenazas procesable. Estos sistemas trabajan juntos para distinguir entre tráfico legítimo y actividad maliciosa, lo que permite a las empresas mantener la continuidad sin comprometer el rendimiento, la confiabilidad o la seguridad. También es importante que las organizaciones revisen y prueben periódicamente sus planes de respuesta a incidentes, asegurando que los equipos estén bien preparados para escenarios del mundo real.
Una red Anycast global de alta capacidad es otra herramienta poderosa en la lucha contra ataques de gran volumen. Al distribuir el tráfico entre múltiples centros de datos en todo el mundo, este enfoque garantiza que ninguna ubicación sea la más afectada por el ataque, lo que minimiza el tiempo de inactividad y mantiene la continuidad del servicio. Por ejemplo, Connectivity Cloud puede absorber y enrutar picos de tráfico masivos a través de su infraestructura distribuida, brindando una protección perfecta y escalable incluso contra las campañas DDoS más grandes.
Los servicios de computación en la nube también desempeñan un papel fundamental, actuando como un amortiguador para absorber el impacto de ataques a gran escala que los sistemas locales tradicionales no pueden manejar. Sin embargo, las organizaciones deben evaluar cuidadosamente las capacidades de protección DDoS de sus proveedores para garantizar que puedan hacer frente a la creciente escala de amenazas.
Construyendo un futuro sostenible
La amenaza de ataques DDoS de gran volumen no ha desaparecido. Casi dos tercios (64%) de los líderes empresariales y tecnológicos europeos creen que es probable que se produzca un incidente de seguridad cibernética durante el próximo año, lo que refleja una creciente preocupación por la evolución del panorama de amenazas.
Al aprovechar una infraestructura global, automatizar las defensas y múltiples estrategias de seguridad, las organizaciones pueden desarrollar la resiliencia necesaria para enfrentar estos desafíos. Igual de importante es fomentar una cultura de concienciación sobre la seguridad y mantener información sobre las amenazas emergentes.
La ciberresiliencia contra los ataques DDoS será una característica definitoria de las organizaciones exitosas en los próximos años. Al adoptar herramientas avanzadas, adoptar estrategias de confianza cero y mejorar continuamente su postura de ciberseguridad, las empresas pueden proteger sus sistemas y adaptarse al panorama de amenazas en constante cambio.
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