Las violaciones de la seguridad cibernética pueden causar importantes pérdidas financieras a las organizaciones. Los actores de amenazas pueden participar en actividades maliciosas como robar propiedad intelectual (IP), mantener sistemas como rehenes mediante ataques de ransomware o hacerse pasar por partes confiables para obtener acceso no autorizado a las redes. Estas violaciones también pueden dañar la reputación de la organización y provocar una disminución de la competitividad y una pérdida de ingresos para las empresas. Incluso el proceso de respuesta a incidentes de seguridad puede generar costos, desviando valiosos recursos de soporte de TI de otras funciones vitales de TI. Para abordar eficazmente estas amenazas, las organizaciones deben centrar estratégicamente sus esfuerzos de ciberseguridad en los tipos de ataques que tienen más probabilidades de afectarlas a ellas y a su industria específica.

Ashish Khanna

Director senior de servicios de consultoría de seguridad de Verizon.

Patrones de ataque costosos

No es realista eliminar todos los riesgos de ciberseguridad. En cambio, las organizaciones harían bien en secuestrar los patrones de ataque que plantean las mayores amenazas, aquellos que tienen más probabilidades de cobrar grandes sumas de dinero a los actores de amenazas. El ransomware y las excusas se encuentran entre esos patrones de ataque. Un ataque de ransomware le cuesta a una organización más de $45,000 en promedio, según el Informe de investigaciones de violaciones de datos (DBIR) de 2024 de Verizon, y puede ascender a millones en algunos casos. Este patrón de ataque puede ejercer una enorme presión sobre las organizaciones que no pueden permitirse un tiempo de inactividad. Para estas organizaciones, no existe una buena opción. O pagar el rescate y perder dinero, o sufrir un tiempo de inactividad al intentar restaurar los sistemas y perder dinero.

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