Días antes de su sentencia en Nueva York, el presidente electo Donald J. Trump busca un rescate tardío de la Corte Suprema de Estados Unidos, intensificando su intento de desestimar el caso antes de regresar a la Casa Blanca.

En una presentación de emergencia el martes por la noche, los abogados de Trump pidieron a la Corte Suprema que intervenga y detenga el veredicto, que está programado para el viernes, 10 días antes de la toma de posesión del presidente.

La presentación se produjo después de que un tribunal de apelaciones de Nueva York rechazara la misma solicitud el martes, arrojando dudas sobre la validez de sus esfuerzos por revocar la condena.

El esfuerzo depende del argumento de Trump de que ahora que es presidente electo, tiene derecho a inmunidad total contra el procesamiento e incluso la condena. Sus abogados basan esa afirmación en un fallo polarizador de la Corte Suprema del año pasado que otorgó a los ex presidentes amplia inmunidad por sus acciones oficiales.

“Este tribunal debería ordenar la suspensión inmediata de nuevos procedimientos en el tribunal de Nueva York”, afirma la moción, “para evitar graves injusticias y daños a la institución de la presidencia y las operaciones del gobierno federal”.

La Corte Suprema ordenó a los fiscales responder a la solicitud de Trump el jueves por la mañana, una indicación de que los jueces pueden actuar antes de la sentencia programada para el viernes.

Marcó el final de una tumultuosa batalla legal para el ex y futuro presidente, que lucha por evitar el vergonzoso espectáculo de la condena pública.

Aunque se espera que Trump no reciba más que una palmada en la muñeca (el juez que supervisa el caso ha señalado que le ahorraría tiempo en prisión), la condena tiene un significado simbólico. Formalizaría el estatus de Trump como delincuente y lo convertiría en el primer presidente en ostentar esa dudosa designación.

Si la Corte Suprema concede una suspensión de la condena de Trump, podría detener permanentemente el proceso. La ventana para condenar a Trump se está cerrando rápidamente (una vez que regrese a la Casa Blanca, Trump no puede ser procesado) y tendría 82 años al final de su segundo mandato.

Esta es una historia en desarrollo y se actualizará.

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