“Pensé que llamar la atención era lo mismo que recibir amor”, me dijo la actriz Linda Lavin en voz baja en 2012, recordando una actuación para su familia cuando era niña durante una de nuestras entrevistas cuando yo era reportera de teatro del Times. Ella brilló tanto dentro como fuera de Broadway en algunas de mis obras favoritas: Other Desert Cities de Jon Robin Baitz, The Lyons de Nicky Silver y Collected Stories de Donald Margulies.

Lavin murió el lunes y he estado pensando en ella toda la semana, pero en realidad estaba pensando en el comentario sobre llamar la atención/recibir amor. Crecí en la década de 1970 y la vi en la comedia de CBS “Alice”, donde interpretó a una madre soltera que era camarera en Mel’s Diner. Su personalidad era firme y segura, pero recuerdo que no era tan colorida ni divertida como las otras camareras del restaurante, como Flo y Vera, y quizás tampoco tan popular. Su humor surgió más del hecho de que lo interpretó de forma seca, directa, con gran sincronización y el tono justo; incluso un “Ajá” dirigido a su hijo Tommy o a su jefe Mel podía provocar risas. Me encantaba “Alice”, pero no necesariamente amaba a Alice.

Durante esa entrevista en 2012, Lavín me insinuó que sabía que no siempre era adorable. Tenía demonios. Tenía grandes expectativas de los demás y de sí misma; esas expectativas parecían venir acompañadas de mucha presión, incluida la presión que ella misma se imponía. Habló de su conflicto con algunos de sus colegas en la obra Otras ciudades del desierto: cómo quería retratar a su personaje, un alcohólico en recuperación, sobrio al final de la obra. Algunos colegas tenían opiniones diferentes sobre su elección, pero ella se mantuvo firme, confiando en su propia sobriedad como estrella polar del personaje, sin importar lo que dijera la obra.

Lavin finalmente dejó Otras Ciudades del Desierto antes de mudarse a Broadway; Otra de mis actrices favoritas, Judith Light, asumió el papel y ganó un premio Tony por su actuación. En cambio, Lavin protagonizó “The Lyons” en Broadway esta temporada y recibió su propia nominación al Tony. Este programa ofrecía un papel más importante y ella estuvo perfecta en él: otra actuación cómica con gran sincronización, tono y sentimiento.

A veces canto las dos primeras líneas del tema de “Alice” que cantó en el programa: “Yo solía estar triste. Solía ​​ser tímido”. Entendí estas líneas como un niño solitario que también actuaba en nombre de su familia con la esperanza de llamar la atención. Y también me identifiqué con tu comentario sobre la atención y el amor.

Al final, Lavín se ganó una enorme atención y amor por su gran trabajo. Ella también era una persona complicada con necesidades complicadas, pero ¿no lo somos todos?

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