Israel y Hamás han acordado un acuerdo de alto el fuego. Para los palestinos, el acuerdo ofrece un respiro de una devastadora operación militar israelí que mató a más de 45.000 personas en Gaza. Para los israelíes, podría permitir la liberación de al menos un tercio de los rehenes en poder de Hamás. Pero la ambigüedad del acuerdo crea una incertidumbre constante. Patrick Kingsley, jefe de la oficina de Jerusalén del New York Times, lo explica.